Me gustaría hablarte desde mi experiencia como psicóloga durante más de 25 años. A lo largo de este período me he encontrado con padres que querían que sus hijos fueran perfectos, educados, buenos estudiantes, buenos hijos, obedientes, vaya, que más que hijos querían autómatas o robots.
No se daban cuenta que esas expectativas iban generando en ellos una manera de ver la vida a través de los ojos de sus padres. Fracasando si no en todo, en casi todo.
Con el paso del tiempo ese interés extremo pasó a un segundo plano. Y desde hace 10 años hasta la actualidad, los hijos son algo que hay que distraer con el móvil desde bebés para que no nos den ruido o no nos molesten.
Está claro que ni unos ni otros lo hemos sabido hacer, ya que no se nos preparó para la maternidad o paternidad y mucho menos para las tecnologías.
Si deseamos que en la adolescencia estén emocionalmente sanos, confíen en nosotros y se muestren equilibrados ¿QUÉ TAL SI LES PRESTAMOS ATENCIÓN Y LES OBSERVAMOS CON LA SIMPLE INTENCIÓN DE CONOCERLOS?.
Si no lo hacemos corremos el riesgo de que se nos escapen maravillosas aventuras y situaciones que nos harán acompañarlos desde su llegada a la tierra hasta el día que se independicen. Los conoceremos y ellos a nosotros.
Si algo en ellos cambia, es decir comienzan ciertas alertas de que algo va mal sabremos verlo y detectarlo a tiempo, pues realmente les dedicamos la atención que necesitan. En caso contrario no podremos verlo y cuando lo hagamos posiblemente sea algo tarde.
Por lo que es conveniente observarlos atentamente hasta su adolescencia, periodo que lejos de ser armonía es un auténtico vaivén de hormonas, sentimientos que revelan toda una verdadera y novedosa personalidad.
Conocer sus necesidades les permitirán confiar y tener una salud mental adecuada.
Es importante destacar que la salud mental de los adolescentes impacta directamente en su capacidad para establecer relaciones saludables y satisfactorias con sus compañeros, familiares y adultos significativos.
Un buen estado de salud mental les permite comunicarse de manera efectiva, expresar sus emociones y necesidades, y establecer vínculos positivos con los demás.
Por supuesto que si están mentalmente sanos sus niveles académicos no se van a ver afectados. Ya que su concentración, su capacidad de resolver problemas y de mantener su motivación para llegar a aquello que desea no se van a ver mermadas.
Por otro lado, los problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión, pueden afectar negativamente su rendimiento escolar.
La adolescencia es una etapa de cambios biológicos, sociales y emocionales, y es normal que los adolescentes experimenten altibajos emocionales.
Sin embargo, es fundamental que ellos tengan los recursos necesarios para afrontar y regular sus emociones de manera saludable, ya que esto les ayudará a manejar el estrés y los desafíos propios de esta etapa de la vida.
Te recomiendo que visites nuestro artículo de la inteligencia emocional en adolescentes:
Inteligencia Emocional en adolescentes
Asimismo, una buena salud mental en los adolescentes contribuye a la construcción de una autoestima sólida.
Durante la adolescencia, los jóvenes están en constante búsqueda de su identidad y necesitan desarrollar una imagen positiva de sí mismos.
La salud mental juega un papel fundamental en este proceso, ya que les permite aceptarse, valorarse y desarrollar una actitud positiva hacia sí mismos.
Es importante promover una cultura de cuidado y atención a la salud mental de los adolescentes, brindándoles el apoyo necesario para que puedan enfrentar los desafíos propios de esta etapa y desarrollarse de manera saludable.
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